Page 139 - Bunnysigue :::: Carolina Sol Rodriguez
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                            Maria Guerrero


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                              Primero conoci a la Jefa de Equipo del Hospi-
                              tal, mi jefa : fuerte, solida,  imponente. luego
                              a la Psicóloga, una gran maestra: un placer
                              observarla trabajar. Hasta que tuve la dicha
                              enorme de conocer a mi amiga Bea.

                                En  nuestras primeras charlas en el cónsul,
           en el bar del hospi, en su auto, cuando almorzábamos afuera,
           el tema “hijos” era uno de nuestros preferidos. El tema “Caro”,
           infaltable.

            Sus anécdotas con esa hija mujercita eran deliciosas, yo las es-
           cuchaba como un niño un cuento, la expresión de su cara al con-
           tarlas la tengo tan grabada… Algunas de ellas, acompañadas de
           un visible intento de poner cara de enojo al q se le escapaba la
           diversión.  El amor- humor con el cual se quejaba de la rebeldía
           de su hija, siempre me conmovio. Como mama de hijos de casi la
           edad de los suyos y como profesional - vicios del oficio median-
           te q no siempre permiten suspender esa mirada-  mi admiración
           hacia esa  adolescente “repitiéndole” de año a la madre maestra/
           alumna  de 10 y luego  “saliéndole” abanderada. Pensaba guau!
           cuanto “aca estoy yo”  había en esa hija y, como diría un Psicoana-
           lista llamado Winnicott,  que madre suficientemente buena para
           colaborar en eso.

             Se, recuerdo perfectamente , que encontré a mi amiga en el
           mismo acto en que conoci a Caro en el decir de esa mamá. Cuan-
           do Bea me pregunto si yo la había conocido a Caro dije no pero si
           y cuando la veo  brillando en sus fotos,  la reconozco en ese brillo
           que iluminaba esas historias.
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