Page 148 - Bunnysigue :::: Carolina Sol Rodriguez
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                           Alicia y Brani





                             A Carolina la conocimos cuando nos la pre-
                             sentó mi hijo. Estábamos en la cocina. Fue
                             un momento breve, pero intenso. Ella nos
                             besó tímidamente y se fueron los dos a la
                             calle.  Ya,  otro  día,  compartimos  nuestra
                             mesa con Caro; y al poco tiempo, formaba
                             parte de nuestra familia y de nuestra casa.
                               Carolina tenía una sed tremenda de cari-
        ño, una necesidad compulsiva de que la quisieran todo el tiempo
        y de que la tuvieran siempre presente.

          Coqueta, bonita, vital y alegre (cuando se sentía amada), triste
        (cuando le parecía que no la estimaban).

          Cuando pensamos en ella nos vienen a la mente muchas imá-
        genes. Algunas situaciones se convierten en imágenes icónicas:
          -Orgullosa, caminando del bracete con su novio.

          -Coqueta y femenina, de trench y zapatos rojos ¡de tacos altí-
        simos!

          -Infantil, ante un plato de pastas y con un mohín de satisfacción.

          -Pícara; entrando al casino de Merlo, San luís, para jugar con las
        máquinas tragamonedas.

          -Deportista, sumergida horas en la pileta nadando y jugando a
        ser un delfín.
          -En  temaiken,  horas  delante  de  los  animales.  Un  gran  amor,
        sentía por todos ellos (de ahí todos sus peluches).
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