Page 125 - Bunnysigue :::: Carolina Sol Rodriguez
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con el correr del tiempo lo que es la honestidad y amistad in-
condicional en estado puro. llegó Carolina a donde estábamos
nosotros y todas las palabras que había imaginado para presen-
tarme se desvanecieron a la luz de su belleza, que había ido cre-
ciendo cuanto más se acercaba. Realmente, brillaba con un hálito
de hermosura enceguecedor. Finalmente me compuse y no pude
menos que besar su mano, sonreírle y decirle mi nombre. Desde
el primer momento, el del saludo, se generó una química inque-
brantable, ya que tenía afición por el romance. tan solo un rato
después estábamos bailando todos juntos pasando un momento
tan valioso que lo recuerdo muy a menudo y cuando pienso en él
todo lo que está delante de mí es menos real que ese recuerdo.
Caímos en cuenta luego de que compartíamos el mismo humor,
el mismo gusto de música, formas de ver las cosas que iban de
la mano, aun siendo distintas. Bailamos mucho, nos divertimos
como locos y tuvimos una noche preciosa. Hablamos de cosas
profundas, de cosas triviales, cantamos la letra de las canciones,
compartimos opiniones de ésto y de aquéllo. Sentí como si me
hubiera deslizado lentamente en un sueño, había quedado com-
pletamente pasmado por su belleza, su insoslayable carisma, su
vitalidad, su risa, sus formas. Desde el primer momento sentí por
ella una atracción magnética, infinitamente cariñosa y cálida. Y el
deseo de encontrarla nuevamente, que luego se concretaría, me
devoraría sin piedad.
¿Cómo era ella?
Si tuviera que resumirlo en una palabra, sería “luminosa”.
Pero es imposible resumirlo en una palabra, o en cien, o en mil.
lo más hermosa que una chica puede ser. Compañera como ja-
más he visto. Abnegada, altruista, creativa. Estaba ahí siempre
que uno la necesitase. Estaba para ayudar si uno no estaba bien o
en todo caso para alertar si uno estaba bien pero olvidando algo
que podía hacerle mal. Jamás se privaba de compartir su pensar,