Page 127 - Bunnysigue :::: Carolina Sol Rodriguez
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           adornado por su presencia, jamás carente de una elegancia con
           la que se ataviaba y de la cual bien podría haber carecido ya que
           tenía encanto para regalar. Aun vistiendo casual, bien arreglada,
           maquillada y tan linda como alcance la imaginación de uno.

           Cada momento con ella era recibir estas cosas y otras más, y tra-
           tar de corresponderle a cambio, a veces creyendo que se lograba,
           y a veces esperando la próxima oportunidad para retribuirle lo
           bien que lo hacía sentir a uno con su gracia, que emitía como
           una estrella inmutable y reluciente. Parte de su forma de ver el
           mundo, afortunadamente, queda para siempre impresa en sus
           fotos, y por medio de ellas podemos disfrutar del arte que per-
           petraba con el fervor y pasión que siempre la caracterizaron. Su
           naturaleza curiosa y emprendedora tenía asidero en la siempre
           disponible predisposición a realizar viajes a todo tipo de lugares,
           lo cual por suerte usufructué ya que pasamos momentos que vi-
           virán siempre en mi memoria. Genuinamente amaba estar viva,
           y enfrentaba todo obstáculo que la misma le impusiera con una
           gracia y espíritu optimista que contagiaban y que hoy día siguen
           haciéndolo.
           Momentos de variados colores y formas me inundan, no sabría
           con cuál quedarme. los que resaltan son aquéllos en los que la
           ví en extrema felicidad. Recuerdo cuando visitamos el casino de
           Mar del Plata, en el cual nos quedamos sólo unos momentos ya
           que teníamos que volver al departamento. Pusimos un billete de
           $ 10, nunca voy a saber qué botón mágico apretó y nos sacamos
           como 10 jackpots juntos que terminaron en $ 200 de risa e incer-
           tidumbre. Salimos prácticamente corriendo y riéndonos al filo de
           la sensación de que habíamos robado algo aunque no hubiera
           sido así. Recuerdo la emoción con la que vio un show de delfi-
           nes en Aquarium, sacando fotos en los momentos clave con una
           sonrisa de oreja a oreja en su cara. A mí también me gustan las
           criaturas del agua, pero en ese momento el mejor show de todo
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